Lesa Humanidad: La Justicia Rechazó la Prisión Domiciliaria para Julio Simón
Julio Simón, conocido como el Turco Julián, ha sido condenado en tres ocasiones, incluyendo una a prisión perpetua, por violaciones a los derechos humanos durante la última dictadura en Argentina (1976-1983). La Sala IV de la Cámara Federal de Casación Penal decidió este martes rechazar el pedido de prisión domiciliaria presentado por Simón.
El tribunal, compuesto por los jueces Mariano Hernán Borinsky (presidente), Javier Carbajo y Gustavo M. Hornos, resolvió por unanimidad no admitir el recurso de casación interpuesto por la defensa de Simón, quien había apelado la negativa del Tribunal Oral en lo Criminal Federal (TOF) Nro. 2 de Buenos Aires.

Rechazo a la Prisión Domiciliaria
El TOF 2 había fundamentado su rechazo a la prisión domiciliaria de Simón, de 84 años, en la gravedad de los delitos cometidos y en el compromiso del Estado Nacional para reparar a las víctimas. En 2010, Simón fue condenado por su participación en el secuestro, tortura y desaparición de 181 personas, en el contexto de los Centros Clandestinos de Detención El Atlético, Banco y El Olimpo (ABO).
Simón, integrante de la Policía Federal Argentina, fue uno de los represores más notorios en el centro clandestino de detención El Olimpo y colaborador del Batallón de Inteligencia 601. Su brutalidad y antisemitismo son recordados por sus víctimas.
Historia de la Represión en el Circuito ABO
El circuito represivo ABO estaba conformado por los centros clandestinos de detención El Atlético, Banco y El Olimpo, que operaron durante la última dictadura. Estos centros eran administrados por grupos de tareas compuestos por miembros de diversas Fuerzas Armadas y de Seguridad, como el Ejército y la Policía Federal Argentina.
El Club Atlético funcionó en los sótanos de la División Suministros de la PFA entre 1976 y 1977, mientras que El Banco, ubicado en La Matanza, operó hasta mediados de 1978. Finalmente, El Olimpo comenzó su actividad en 1978 y se mantuvo activo hasta comienzos de 1979.
La decisión de la Justicia de mantener a Simón en prisión refleja un compromiso con la memoria y la justicia en un país que aún lucha por sanar las heridas del pasado.